Con el desarrollo de la civilización
y de las lenguas escritas surgió también la necesidad de comunicarse a distancia de forma regular, con el fin de facilitar
el comercio entre las diferentes naciones e imperios.
Los egipcios descubrieron un tipo de material para
escribir que se extraía de la médula de los tallos de una planta llamada papiro. Posteriormente se inventó el pergamino, que
se obtenía preparando las dos caras de una tira de piel animal. Entretanto, en China, hacia el año 105 d.C. se descubrió el
papel. Mil años después, al llegar esta técnica a Europa, provocó una gran demanda de libros. A mediados del siglo XV, el
inventor alemán Johann Gutenberg utilizó tipos móviles por primera vez en Europa para imprimir la Biblia.